Se estima que una de cada diez personas desarrollará un cálculo renal durante su vida. Los cálculos renales pueden afectar a personas de todas las edades, pero es más probable que aparezcan entre los 40 y los 60 años. Y, lamentablemente, una vez que se presenta un cálculo renal, es probable que se desarrollen más.
La buena noticia: una dieta saludable y unos hábitos de vida saludables pueden ayudar a controlar el riesgo de padecer cálculos renales. Tenga en cuenta este artículo sobre los cálculos renales. Aprenda todo sobre ellos y cómo mantenerlos a raya.
El sistema urinario
Los cálculos renales se crean y viajan dentro del sistema urinario, por lo que aquí le presentamos un resumen rápido de los componentes de su sistema urinario y sus funciones:
Riñones: Los riñones son responsables de filtrar la sangre para eliminar los desechos y el exceso de agua .
Uréteres: Los uréteres transportan la orina desde los riñones hasta la vejiga .
Vejiga: La vejiga almacena orina y las vejigas sanas pueden contener aproximadamente dos tazas de orina.
Uretra: La uretra transporta la orina desde la vejiga hasta el exterior del cuerpo.
Los riñones se toman su trabajo muy en serio: trabajan las 24 horas del día para filtrar aproximadamente 150 litros de sangre, lo que produce hasta dos litros de orina cada día.
La orina contiene naturalmente sustancias como calcio, oxalato y fósforo. Pero a veces, estos minerales y compuestos se concentran demasiado en la orina: ahí es donde empiezan los problemas. Estas sustancias empiezan a cristalizarse y acumularse, formando un cálculo renal.
Los cálculos renales varían de tamaño. Cuando son pequeños, pueden viajar a través del sistema urinario y eliminarse sin problemas. Sin embargo, los cálculos más grandes hacen notar su presencia y pueden causar una gran incomodidad a medida que avanzan por el sistema urinario.
Tipos de cálculos renales
El tipo de cálculo renal que produce el organismo determina el tratamiento y la forma de prevenir la formación de cálculos en el futuro. Existen cuatro tipos principales de cálculos renales, clasificados según los compuestos que los componen:
- Oxalato de calcio
- Ácido úrico
- Estruvita
- Cistina
Los cálculos de oxalato de calcio son el tipo más común de cálculo renal y, por lo general, se forman cuando hay demasiado oxalato en la orina y no hay suficiente líquido. Las personas con ciertas afecciones también pueden ser más propensas a desarrollar cálculos de oxalato de calcio.
Diagnóstico y análisis de cálculos renales
Los proveedores de atención médica tienen varias herramientas para ayudarlos a diagnosticar cálculos renales.
Probablemente comiencen con su historial médico: ciertas afecciones médicas o antecedentes familiares de cálculos renales pueden aumentar su riesgo. Las pruebas de laboratorio, como un análisis de orina o un análisis de sangre, miden los niveles de minerales que forman los cálculos renales y le brindan a su médico una imagen más clara de su riesgo de cálculos renales. Su médico también puede usar pruebas de diagnóstico por imágenes, como una radiografía abdominal o una tomografía computarizada (TC) para revelar cualquier cálculo renal existente.
Una vez que hayas expulsado el cálculo renal, tu médico puede analizarlo para determinar de qué tipo es. Normalmente, puedes expulsar los cálculos más pequeños por tu cuenta, pero asegúrate de utilizar un filtro para cálculos renales para recogerlos. Los cálculos más grandes pueden requerir un procedimiento menor para eliminarlos.
Prevención de cálculos renales
La nutrición desempeña un papel importante para mantener a raya los cálculos renales. Tenga en cuenta que el tipo específico de cálculos renales que produzca su cuerpo determinará la mejor manera de prevenirlos en el futuro. Estas recomendaciones son para quienes corren riesgo de sufrir el tipo más común de cálculos renales: los cálculos de oxalato de calcio.
- Coma una cantidad moderada de proteínas.
Tu cuerpo necesita proteínas para desarrollar y mantener los músculos y los tejidos, reforzar tu sistema inmunológico y mantenerte saciado después de una comida. Si bien las proteínas son un nutriente importante en tu dieta, el exceso puede favorecer la formación de cálculos renales. Concéntrate en llenar una cuarta parte de tu plato con proteínas en cada comida y habla con tu médico o un dietista si tienes preguntas sobre tus necesidades individuales de proteínas.
- Limite los alimentos ricos en oxalatos.
Su urólogo puede recomendarle que siga una dieta baja en oxalato . La cantidad de oxalato en la dieta afecta la cantidad de oxalato en la orina, y un exceso de oxalato puede promover la formación de cálculos renales.
Los alimentos con mayor contenido de oxalato son:
- Chocolate o cacao
- Espinaca
- Ruibarbo
- Remolachas
- Germen de trigo
- Tés negros (no verdes ni de hierbas)
- Frutos secos (almendras, anacardos y avellanas son los que tienen mayor contenido de oxalato)
- Legumbres (frijoles, maní y soja)
- Coma alimentos ricos en calcio.
El “calcio” forma parte de los cálculos de oxalato de calcio, por lo que también deberías limitarlo, ¿verdad?
En realidad, el calcio de la dieta se une al oxalato en el estómago y los intestinos, lo que reduce los niveles de oxalato en la orina. Esto es una buena noticia para quienes forman cálculos. Procura incluir entre 1000 y 1200 mg de calcio en tu dieta cada día. Los alimentos ricos en calcio incluyen productos lácteos y de soja, frijoles, lentejas, verduras de hoja verde y alimentos fortificados con calcio, como el jugo de naranja, que reducen los niveles de oxalato en la orina.
Lo mejor es obtener el calcio de los alimentos. Sin embargo, si su médico le ha recomendado tomar suplementos de calcio, elija un suplemento que contenga citrato de calcio, ya que el citrato ayuda a inhibir la formación de cálculos.
- Evite los suplementos de vitamina C en dosis altas.
Los suplementos de vitamina C en dosis altas pueden aumentar el riesgo de cálculos renales, ya que pueden aumentar los niveles de oxalato en la orina. Evite tomar suplementos de vitamina C en grandes cantidades (500 mg o más).
- Elija una dieta baja en sodio.
Una dieta baja en sodio ayuda a mantener niveles saludables de calcio en la orina, por lo que debe intentar mantener su consumo de sodio por debajo de los 2300 mg. Puede reducir la cantidad de sodio que ingiere cada día cocinando en casa con más frecuencia, eligiendo menos alimentos procesados y rápidos, leyendo las etiquetas de información nutricional y sustituyendo la sal por pimienta, hierbas y especias.
- Beber mucho líquido.
La hidratación es fundamental en la rutina de prevención de cálculos. La National Kidney Foundation recomienda beber de 2 a 3 litros de líquido por día. Si bien el agua es una excelente opción, también puede considerar la posibilidad de tomar limonada casera. Las investigaciones sugieren que el jugo de limón ayuda a aumentar los niveles de citrato urinario, lo que reduce el riesgo de formación de cálculos.
- Aumente su consumo de magnesio, potasio y vitamina B6.
Los niveles saludables de citrato de magnesio y potasio ayudan a reducir la cristalización, y la vitamina B6 ayuda a mantener niveles saludables de oxalato.* Estos tres nutrientes juntos ayudan a mantener una química urinaria saludable y son una gran adición a su caja de herramientas de prevención.*
Las legumbres, los frutos secos, las semillas y los cereales integrales son fuentes ricas en magnesio. El potasio se encuentra en diversos alimentos, en particular en frutas y verduras, y la vitamina B6 se encuentra en alimentos como las aves, el pescado, las patatas y la fruta.
Los riñones y el sistema urinario trabajan arduamente para mantenerlo saludable. Concéntrese en estos siete consejos para ayudarlo a prevenir los cálculos renales y mantener el sistema urinario funcionando sin problemas.